Enfrentando La Oposición

Esdras 3:2  ‘Entonces se levantaron Jesúa hijo de Josadac y sus hermanos los sacerdotes, y Zorobabel hijo de Salatiel y sus hermanos, y edificaron el altar del Dios de Israel, para ofrecer sobre él holocaustos, como está escrito en la ley de Moisés varón de Dios.’

“Este es un principio de gran importancia para cualquiera que, hoy en día, valore la aprobación de Dios por encima de la aprobación de cualquier hombre carnal: Las Escrituras todavía son suficientes. Contienen toda la instrucción que se necesita para guiar a aquellos que anhelan ser fieles a Dios en cualquier período particular de la historia de la Iglesia. En el momento que la conveniencia usurpa el lugar de la sujeción a la voluntad revelada de Dios, todo el principio de fe es abandonado, y un caminar por vista toma lugar. No podemos caminar por fe excepto si nos sometemos libremente en obediencia a la Palabra de Dios; lo cual no deja lugar para la voluntad humana, o arreglos humanos.

H.A. IRONSIDE

Cuando la obra de Dios empieza a avanzar en la vida del creyente, este debe esperar lo siguiente: ‘oposición’.
Basados en La Palabra de Dios y guiados por el Espíritu, aquellos que volvieron de la cautividad edificaban el Templo. Inmediatamente el enemigo reaccionó y echó a andar distintas estrategias para detener la obra de Dios.

Primero. Unión. Esdras 4:2 “vinieron a Zorobabel y a los jefes de casas paternas, y les dijeron: Edificaremos con vosotros, porque como vosotros buscamos a vuestro Dios, y a él ofrecemos sacrificios desde los días de Esar-hadón rey de Asiria, que nos hizo venir aquí.”

Podría parecer que los enemigos también buscaban la voluntad de Dios; sin embargo ni servían, ni conocían al verdadero Dios.
2Reyes 17:32-33 “Temían a Jehová, e hicieron del bajo pueblo sacerdotes de los lugares altos, que sacrificaban para ellos en los templos de los lugares altos. Temían a Jehová, y honraban a sus dioses, según la costumbre de las naciones de donde habían sido trasladados.”

De la misma forma hoy el enemigo busca que el creyente le dé entrada por medio de la unión con el mundo. Busca penetrar hacia el interior de la vida del creyente cuando este da libertad a dicha unión, especialmente con aquellas personas o cosas que parecen piadosas. Estos Samaritanos eran semejantes a muchos que hoy en día profesan conocer a Dios, pero rechazan el Señorío de Cristo sobre sus vidas y no saben nada sobre el poder Salvador de Su sangre. Tal unión sólo traerá lazo y tropiezo a la vida del creyente.

La respuesta de aquellos que vivían siguiendo la voluntad de Dios por medio de Su Palabra, nos muestra el camino que debemos seguir:
Esdras 4:3 “Zorobabel, Jesúa, y los demás jefes de casas paternas de Israel dijeron: No nos conviene edificar con vosotros casa a nuestro Dios, sino que nosotros solos la edificaremos a Jehová Dios de Israel, como nos mandó el rey Ciro, rey de Persia.”
Esta es independencia divina; y solo cuando los creyentes apropian este principio de separación ante el mundo sin Cristo, podrán mantenerse en integridad y rectitud delante de Dios. La amalgama entre el creyente y el mundo incrédulo será un lazo para el creyente y causará un gran daño al testimonio de Cristo. Es por esto que el llamado de Dios es claro:

2 Corintios 6:17 y 18. “Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré,Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.”

Segundo. Atemorizar. Esdras 4:4 “Pero el pueblo de la tierra intimidó al pueblo de Judá, y lo atemorizó para que no edificara.”

Habiendo intentado sin éxito unirse a aquellos que edificaban la obra de Dios, los enemigos se encendieron en ira y manifestaron su verdadera naturaleza. No pudiendo soportar que el Nombre de Dios fuera glorificado y que Su obra avanzara, emprendieron un nuevo ataque.

Distinto a su primer intento en donde se mostraron amigables, ahora intimidan y atemorizan a aquellos que están comprometidos con la obra de Dios. Las amenazas y conspiraciones para destruir lo que Dios había edificado no faltaron.

Esta misma estrategia ha sido, y sigue siendo, utilizada por el enemigo para detener la obra de Dios en la vida del creyente. Así leemos en Hechos 4:17-18: “Sin embargo, para que no se divulgue más entre el pueblo, amenacémosles para que no hablen de aquí en adelante a hombre alguno en este nombre. Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús.”

Así como los Apóstoles Pedro y Juan fueron amenazados e intimidados para que no continuaran esparciendo el evangelio de Jesucristo, así hoy el creyente está siendo amenazado e intimidado. Cada vez son más los gobernantes, las filosofías, los medios y las ideologías, entre otras cosas, que se levantan en contra de Cristo y Su Palabra, atemorizando o intimidando al creyente.

La victoria sobre este ataque solo puede venir cuando el creyente busca La Palabra de Dios y escuchándola con atención, vive fiel a esta. Hechos 4:19-20 “Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.”

Sin duda el anhelo y voluntad del Señor es que cada creyente pueda decir, como aquellos tres hombres enfrentando el horno de fuego: Daniel 3:17-18: “He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado.”

La fidelidad de Dios siempre nos acompañará, y Su gracia nos sostendrá.

Esdras 4:5. “Sobornaron además contra ellos a los consejeros para frustrar sus propósitos, todo el tiempo de Ciro rey de Persia y hasta el reinado de Darío rey de Persia.”

Después de haber intentado unirse a ellos y haber intentado detener la obra por medio de amenazarles y atemorizarles, los enemigos de la obra de Dios utilizaron otra estrategia: la calumnia y el soborno.

Esta no fue la única vez que los creyentes fueron calumniados; más adelante intentarían hacer lo mismo con los que anhelaban continuar sirviendo a Dios, Esdras 4:13 “Ahora sea notorio al rey, que si aquella ciudad fuere reedificada, y los muros fueren levantados, no pagarán tributo, impuesto y rentas, y el erario de los reyes será menoscabado.”

No es diferente en nuestros días; cuando el enemigo ve la obra de Dios avanzar firme a pesar de su oposición, este intentará detener al creyente echando mano de los poderes del mundo. En ocasiones incluso llegará a utilizar la fuerza y la violencia, Esdras 4:23 “Entonces, cuando la copia de la carta del rey Artajerjes fue leída delante de Rehum, y de Simsai secretario y sus compañeros, fueron apresuradamente a Jerusalén a los judíos, y les hicieron cesar con poder y violencia.”

La única manera en la que el creyente se mantendrá firme en su caminar con el Señor Jesucristo, es atendiendo Su Palabra, apropiando sus promesas y escuchando sus advertencias. Dios lo hiza así con Josué y Zorobabel, quienes estaban a la cabeza de los que edificaban la obra de Dios, Esdras 5:1 y 2 “Profetizaron Hageo y Zacarías hijo de Iddo, ambos profetas, a los judíos que estaban en Judá y en Jerusalén en el nombre del Dios de Israel quien estaba sobre ellos. Entonces se levantaron Zorobabel hijo de Salatiel y Jesúa hijo de Josadac, y comenzaron a reedificar la casa de Dios que estaba en Jerusalén; y con ellos los profetas de Dios que les ayudaban.”

Podríamos resumir el centro del mensaje de ambos profetas citando un pasaje de cada uno de sus libros:

Hageo 1:4-5 “¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta? Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos.”

Zacarías 4:6 “Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.”

Después del ataque del enemigo utilizando las tres estrategias mencionadas anteriormente, la obra de Dios, la reconstrucción del Templo de Jerusalén, estuvo detenida durante casi 16 años. Cuando los creyentes escucharon y atendieron la Palabra de Dios, la obra reinicio. Las circunstancias seguían siendo similares; sin embargo, los creyentes fueron fortalecidos en fe, y vieron la mano de Dios sosteniéndolos para edificar aquello que Dios les había mandado, Esdras 6:14 “Y los ancianos de los judíos edificaban y prosperaban, conforme a la profecía del profeta Hageo y de Zacarías hijo de Iddo. Edificaron, pues, y terminaron, por orden del Dios de Israel, y por mandato de Ciro, de Darío, y de Artajerjes rey de Persia.”

Hoy los creyentes estamos experimentando el mismo tipo de oposición, no olvidemos que el enemigo es el mismo; sin embargo, debemos recordar que nuestro Dios también es el mismo. Si hemos permitido que la oposición del enemigo nos saque del propósito de Dios, no solamente debemos meditar en nuestros caminos, sino también recordar que Dios mismo nos respalda y su poder y su gracia nos sostendrán.

“…No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.”

Zacarías 4:6b